Me levanto polvoriento y apolillado, cada mañana, resentido por cada segundo que arrastro. Me visto con ganas de romper la ropa, desayuno entre arcada y vómito, hablo en silencios, ...y rio, rio por no llorar. Tan solo el agua ardiendo de la ducha aviva el fuego de mis deseos. Vivo, así, casi a trompicones, asustado y sin rumbo.
Pero en esta mañana sangrienta, en la que el mundo aparece ribeteado de jirones de suspiros, me acompaña la certeza de que si cerrase fuertemente los ojos, abandonándome a la nada, podría dejar de ser yo, para pasar a ser nadie. Y convertirme así en el caminante sin nombre, que recorre el universo en parpadeos, esquivando los silencios que osen romper la tranquilidad de su infinito bullicio interior.
Y finalmente, acercarme a ti, al abismo de tu boca. Dónde habitan enjauladas, enmarañadas entre líneas infinitas que esperan impacientes el acto final, mis mas míseras obsesiones.
Pero en esta mañana sangrienta, en la que el mundo aparece ribeteado de jirones de suspiros, me acompaña la certeza de que si cerrase fuertemente los ojos, abandonándome a la nada, podría dejar de ser yo, para pasar a ser nadie. Y convertirme así en el caminante sin nombre, que recorre el universo en parpadeos, esquivando los silencios que osen romper la tranquilidad de su infinito bullicio interior.
Y finalmente, acercarme a ti, al abismo de tu boca. Dónde habitan enjauladas, enmarañadas entre líneas infinitas que esperan impacientes el acto final, mis mas míseras obsesiones.
A la niebla salmantina, que tanto tiempo nos acompañó...
... al verano salmantino, que sofoca nuestros mundos.
Ala ya está la entradica apañada! Qué contraste de las madrugadas de enero a las madrugadas de mayo... Pero se nos van a pasar volando, como una polilla por la ventana.. ;)
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