lunes, 2 de julio de 2012

Conozco un lugar.

En mis sueños hay todo tipo de cosas. Si quieres un dia te invito a ellos. Encontrarás muertes, pitonisas, ritos y danzas. Una vez soñé que dormía sobre un lecho de hierbas grises y negras, recuerdo aun notar el frio abrazo de la madrugada y sus besos de rocío. He llegado a soñar los parajes más innombrables. He llegado incluso a creer que comprendía el mundo.

¡Qué locura! Pensarás. No te preocupes, fue un espejismo, nada más. Esa valiente hija de puta se me escapa siempre de entre las manos.

He soñado tantas veces, tantas veces he creído.

Sueño, y al soñar muero. Porque todo lo que sueño no es más que sucia mentira, vientre yermo de ilusiones. La vida no es sueño, ni el sueño da vida. Ambas son solo la muerte. Muerte, vida y sueño; las tres caras de una moneda imposible.

Sueño, y al soñar revivo. Pues la muerte del sueño no es más que la Puerta de San Pedro. ¡Quién quiere dioses! ¡Quién quiere cielos! Si se pueden soñar dioses y cielos, ¿Qué son más que la ínfima parte de un sueño? Una vez enfrenté a 100 mil dioses, todos engalanados con sus mejores armas. Martillo, truenos y alabanzas cubrieron el cielo bajo el que se vio tal festín de divinidad. Solo quedó polvo.

El sueño es mi Dios, y por el vivo, muero y revivo. La plenitud al alcance de mi mano. La gloria eterna se encuentra entre mis sabanas. ¡Viva el sueño! Durmamos todos una noche eterna y apagada. ¡Soñemos! Soñemos ríos caudalosos, risas y sueños. Yo lo seguiré haciendo, pues soñar es creer que, pese a todo, este mundo merece la pena.

Soñare montañas escarpadas que serán tu nuez esculpida. Transformaré brisas y océanos en el aliento de tus labios al besarte. Soñaré que sueño contigo. Porque, te lo digo aquí y ahora, despierto y vivo, que entre todos mis sueños, sobre todos los sobre todo, estás tú.


" Me tumbé en el suelo, sólo para oir crecer la hierba
y hacia mí vinieron todos los sonidos de la tierra"
091 - La noche que la luna salió tarde.