sábado, 22 de mayo de 2010

Sed.

Esquiva zorra halada. Ruda musa que me evita. Me abandona. Me deja en dique seco. ¿Porque va y viene? Imperfecto mecanismo. Seco está el cajón de mis ideas, mas aun el de mis ganas. Ya no fluye nada. Se turban las pocas palabras que alcanzan a mis dedos. Llegan fétidas, negras, estúpidas y pretenciosas. Angustia siento al enfrentarme con un papel en blanco. Borro, reescribo, releo y vuelvo a empezar. Todo me suena forzado, antinatural. Tanta insustancia, tal vacio, encuentro en mi, que me ahogo entre el propio vomito de palabras que intento desatascar de mis entrañas.

Aun recuerdo como corrian por mis venas torrentes de imagenes y lejanos paraisos de mi mente, que sacudian mi cuerpo. Temblaba todo yo, sacudido por un halo casi mistico que me levantaba por las noches, sudando y buscando a ciegas una hoja y un boli cualquiera. Me transportaba. Solía dar un paso más. Ahora soy un rio sin caudal, una guitarra sin cuerdas, un cuadro sin color, una estanteria sin libros. Inutil, estupido, inservible, vacio, feo y mezquino

No se que ha muerto en mi. Será que muero yo, desgajandome a la par del mundo. Deshaciendome en el mismo ácido que todo lo que me rodea. Dejaré mis manos, mi mente, mi sangre, apartados. Congelados para quizá, quien sabe, volver a, como decia usted maestro, tener algo que contar.



"Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada."
Jose Saramago (16 de Noviembre 1922 - 18 de Junio 2010)

sábado, 8 de mayo de 2010

Canciones que suenan a ayer.


Es en esos kilométricos días en los que el color vuelve a existir. Cuando los grises tornan en amapolas. Todo me recuerda a ayer. Un minuto nadando, una risa callada, un domingo por la tarde, el último trago de aquella noche. Siento nostalgia de ese pasado tan cercano. De todos los besos naufragados. Entonces, querría volver a ser la voz que rompa tus silencios. Y que fueses tu quien me arropases por la noche. Sumergirme entre los acordes de una canción cualquiera, una que me recuerde el olor del pasado. El olor de aquel motor en marcha o de un cuello que mordí. Cómo al final reventó aquella carcajada. Y andar, andar, andar... buscando una nueva canción, un nuevo olor, un nuevo tú. Para dejar de recordar lo de ayer. Porque al fin y al cabo, sólo quiero lo que todos: alguien que me abrace por las noches. Alguien que me quiera como tu lo hiciste, y al que yo al final sepa querer.


- Ven conmigo, vamos a escondernos en mi pequeño cuarto de escobas.
- ¿No estará muy oscuro?
- Tú serás mi luz.